jueves, 3 de diciembre de 2009

NATOMIA GANERAL DE UN ANFIBIO

Anatomía de los anuros.
De los seres vivos animales más estudiados en aulas, por su facilidad de captura y manejo, desde el punto de vista anatómico, las ranas y los sapos son sin duda los más recurrentes. A menudo se utilizan como ejemplo de estructura y función de los vertebrados en los cursos de biología.
Un animal adulto, tanto de rana como de sapo carece de cola, de ahí su clasificación ANURO que quiere decir precisamente "sin cola". Las extremidades traseras o apéndices pélvicos son más largos y musculares que los delanteros o apéndices pectorales. Las patas delanteras carecen de pulgar, por lo que sólo poseen 4 dedos. En el caso de las patas traseras, éstas poseen 5 dedos y, en algunos casos, se suman a ellos un espolón que no se ve a simple vista, sino hasta hacer la disección.
En el rostro del animal podemos observar dos orificios nasales, también llamadas narinas o ventanas nasales, que permiten el ingreso del aire a la cavidad bucal. En el caso de los anuros, el aire que ingresa por las narinas al interior de la boca es "deglutido", por decirlo de alguna forma, ya que no poseen sistema diafragmal ni costillas que formen la presión negativa necesaria para que el aire ocupe las cavidades pulmonares. O sea, esto significa que la respiración de los anfibios es a "presión positiva", ya que deben forzar al aire a entrar.
Como es normal encontrar en los animales superiores, podemos ver 2 ojos funcionales, que en la mayoría de estos protruyen al exterior, dándole su apariencia característica de "ojos saltones". En ellos es posible encontrar una membrana protectora transparente llamada "membrana nictitante" que les permitiría sumergirse sin distorsionar la imagen bajo el agua a modo de escafandra. Los expertos señalan que esta no es otra cosa más que una prolongación de la cornea.
En algunas especies podemos encontrar membranas timpánicas externas, lo que les permitiría captar los sonidos. En época de apareamiento suelen hacer grandes coros de sonidos que van desde los muy agudos, como la rana peeper americána, hasta los más graves, como Caudiverbera. El ruido que producen es llamado "croar". Para este efecto, estos animales poseen una caja de resonancia llamada "saco del canto", que generalmente se hincha de forma desmedida, dependiendo la especie, amplificando su sonido de tal forma que puede ser escuchado por las hembras, que habitualmente no croan, a cientos de metros de distancia.
En algunas especies que carecen de tímpanos externos, poseen órganos internos que le permiten captar ruidos incluso bajo el agua. Tal es el caso de Xenopus laevis, que croa bajo el agua, y cuyas ondas sonoras se propagan a varios metros de distancia. Además estos animales poseen, al igual que los peces, una línea lateral (en algunos más desarrollados que en otros) que les permiten captar las vibraciones que se propagan en el agua.
Una boca habitualmente grande es particularmente notable a la hora de examinar externamente a estos animales. En algunos de ellos, como en el caso del género Bufonidae no existen dientes, aunque en las especies en general no son muy evidentes.
La piel, como dijimos anteriormente, suele ser muy húmeda para permitir el intercambio gaseoso. Recordemos que, para que un gas difunda al interior de una membrana, necesita una capa de agua donde solubilizarse, para luego ingresar al medio interno. Es por esto que, por ejemplo, nuestros pulmones tienen una capa de humedad constante que bajo la eventualidad de secarse nos asfixiamos de forma inmediata. Lo mismo pasa con los anfibios cuya respiración se realiza a través de la piel entre un 40 a 70 % aproximadamente, dependiendo de los hábitos de cada especie.
En la parte posterior del animal podemos encontrar un orificio que recibe el nombre de cloaca, que es el lugar donde desembocan los desechos de la digestión, las excreciones metabólicas y también las gametas.

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