jueves, 3 de diciembre de 2009

ANATOMIA GENERAL DE UN MOLUSCO


Anatomía
Tomando como ejemplo la almeja, al abrirla con una navaja, una vez seccionados los dos músculos que controlan la apertura de las valvas, nos encontramos con una masa corporal recubierta de una bolsa, llamada manto, que la envuelve por completo. El volumen interno delimitado por el manto se denomina cavidad paleal, y se abre al exterior de ésta en dos puntos: los dos sifones, uno inhalante y otro exhalante, y la apertura del pié. Este es un órgano musculoso, similar al pié con el que se arrastran los caracoles, y que le sirve a la almeja para enterrarse en los diversos substratos en los que vive.
En el interior de la citada cavidad paleal se puede ver la masa corporal, rodeada de dos láminas de color crema a ambos lados.
Estas láminas son las branquias, el órgano más característico de estos moluscos. De ahí que también se les llame lamelibranquios.
Estas branquias tienen una doble función: el intercambio gaseoso que permite la respiración (captación de oxígeno y liberación de anhídrido carbónico) y, sobre todo, la filtración del alimento.


Las branquias y la alimentación
Los bivalvos se nutren de partículas orgánicas microscópicas, elementos del fitoplancton en general, menores de 20 milésimas de milímetro, que se encuentran suspendidas en el agua. Este tipo de partículas se puede dar en cantidades muy variables, desde menos de un millón por litro, que difícilmente pueden sostener población alguna de bivalvos, hasta 50 y 100 millones por litro, óptimas para el crecimiento de densos bancos. En las rias Bajas gallegas, esta concentración puede variar entre 2 y 25, dependiendo del lugar, la época del año, la marea y los distintos stocks de animales filtradores que viven de este alimento. Huelga decir que no todos los tipos de partículas orgánicas de este tamaño tienen el mismo valor nutritivo.
Gracias a las células epiteliales ciliadas y mucosas que recubren la branquia, un complejo mecanismo de corrientes y contracorrientes en la cavidad paleal lleva las partículas seleccionadas, embebidas en moco, hasta los palpos labiales y la boca, que se encuentran en la parte anterior de la masa corporal (la opuesta a los sifones en la almeja, o la próxima a la parte puntiaguda en ostras y mejillones).
Este tipo de alimentación hace que los bivalvos colonicen los estuarios o desembocaduras de los ríos en sus partes medias y bajas o las zonas marinas próximas, lugares todos ellos en los que el aporte de nutrientes por el río y el tiempo de retención de estos en el estuario permiten que proliferen los citados elementos del fitoplancton.


Reproducción
A partir del primer año de edad, a tallas tan pequeñas como 1 cm en el caso de las almejas, ó de 3 - 4 cm en el caso de ostras y mejillones, los bivalvos alcanzan la madurez sexual. Excepto la vieira y otros pectínidos (zamburiñas y volandeiras) que son hermafroditas, y que tienen por tanto ovarios y testículos a la vez, el resto de los bivalvos tienen sexos separados, son machos o hembras, aunque no sea posible distinguir su sexo a simple vista. A excepción de la ostra plana, que cambia de sexo cada año, las otras especies son machos o hembras a lo largo de toda su vida. En todas estas especies de sexos separados las gónadas están incluidas en la masa corporal, bien sea engrosando el manto en el caso del mejillón, o a ambos lados de la masa visceral en el caso de almejas y ostras.
En buenas condiciones de alimento y temperatura, que suelen coincidir en primavera y comienzo del verano, las gónadas maduran rápidamente y, ante ciertos estímulos, los gametos, óvulos y espermatozoides, son expulsados al exterior, donde tiene lugar la fecundación. La ostra plana es, de nuevo, una excepción: los machos expulsan el esperma, que es usado por las hembras para fecundar los huevos retenidos en la cavidad paleal. En ella se desarrollan durante 2 ó 3 semanas hasta que las larvas son expulsadas al exterior.
En todos los moluscos bivalvos el huevo fecundado da lugar a una larva, llamada véliger, que durante varias semanas vive suspendida en el agua, a merced de las corrientes, filtrando y alimentándose hasta que llega a una talla de 1/4 a 1/3 de milímetro en que baja al fondo, busca un soporte en el que fijarse (ostra, mejillón) o un buen substrato en el que enterrarse (almeja) e inicia un proceso, la metamorfosis, en el que pierde el órgano natatorio de la etapa larvaria, llamado velo, comienza a desarrollar las branquias y las delicadas valvas larvarias comienzan a transformarse en las futuras conchas del adulto.

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